Es cierto que el profesorado no ha de ser un experto en TIC, para incluirlas en los procesos de aprendizajes, pero sí necesita, por un lado, adquirir nociones básicas e iniciarse en su manejo como usuario, y por otro, ser consciente de esos recientes fenómenos asociados a la utilización de las tecnologías que están irrumpiendo en el entorno social y cultural.
Así, la necesidad de actualización tanto en el uso de la TIC como en la comprensión de las novedosas formas sociales asociadas a ellas, se ha convertido, hoy en día, en un requisito más que se añade a la gran carga de responsabilidades que ya tradicionalmente recaían sobre los docentes.
Más aún, por sus propias posibilidades de funcionamiento, las TIC demandan un reajuste en los procesos de enseñanza-aprendizaje promueven cambios significativos en el rol del profesorado y del alumnado, y afectan a la propia organización de los centros y a sus relaciones con la comunidad educativa. Se trata de un verdadero proceso de innovación.
Pero qué se entiende ha de ser un profesor TIC:
- El que reflexiona sobre cómo aplicar las nuevas tecnologías a su nivel (no el que se vuelve loco con las TIC).
- Conoce las nuevas tecnologías: sus prestaciones, posibilidades y servicios, pero también sus limitaciones. Sabe para qué sirven y para qué no sirven.
- Utiliza los recursos TIC en el momento adecuado.
- Integra las nuevas tecnologías con otras posibilidades: sabe que la realidad es más diversa que las nuevas tecnologías.
- Aprovecha las TIC por razones pedagógicas, no personales, sociales, políticas, económicas... (Santa Olalla y Primo, 2006)
La clave del éxito es el espíritu y el buen hacer del profesorado. Para lograr buenos resultados los profesores implicados han de creer en el proyecto y hacerlo suyo para que los niños y niñas crean en ellos, han de encontrarle la utilidad. Como guía de buenas prácticas podría decir que hay que usar las TIC sin que ello implique una perdida de contenidos. Hay que pensar antes de actuar: ¿qué queremos hacer? ¿cuáles son nuestros objetivos?...necesitamos planteamientos pedagógicos claros. Adaptar las TIC a la enseñanza y no al revés.
Algunos resultados de estudios realizados sobre docentes que utilizan el ordenador en sus clases, evidencian modificaciones en la práctica de su enseñanza que parecen afectar ya no la motivación de los alumnos sino a la de los propios enseñantes.
Entre estos aspectos que el profesorado considera haber modificado se encuentran: el tiempo dedicado a cada estudiante en particular, su capacidad para presentar materiales complejos a la clase, su capacidad para atender a los estudiantes en sus necesidades individuales y, hasta su capacidad para desarrollar actividades en grupos pequeños. Leamos algunos comentarios:
Es más interesante para mí y para mis estudiantes. Los conceptos se aprenden como no hubiera imaginado hace 20 años. Mi clase es mucho más investigadora, tengo más expectativas sobre el pensamiento de mi alumnado. Las habilidades de cooperación se acentúan. (J.L.M)
Ahora compartimos más -el alumnado entre sí, éste con el profesorado y viceversa nosotros colaboramos. Porque yo he cambiado, los estudiantes se sienten más felices y hay un aire de satisfacción por lo que aprenden. Nos arriesgamos más. Conozco a mis estudiantes mejor. El ordenador es un parte integral de las actividades diarias de aprendizaje. También me he desarrollado más profesionalmente. (M.G.V)
Desde que nosotros comenzamos a hablar acerca de la introducción de los ordenadores en la clase, he leído y he encontrado qué hacer con ellos en revistas educativas: estoy aprendiendo un montón. Sentía como cambiaba el rumbo de mi trabajo en clase. (R.S.T)
Decir que el profesor que utiliza las TIC ha de ser ante todo y sobre todo profesor y luego experto en TIC, o mejor, las dos cosas si es posible. La educación es más valiosa e importante que la tecnología pero vivimos en unos tiempos que ambas han de caminar juntas.
Experiencias: