El educador de hoy no puede ser un transmisor del saber, sino que ha de contribuir a través de la acción, búsqueda y reflexión al proceso de construcción del conocimiento. La primera necesidad del maestro es la de prepararse bien, conseguir una formación idónea en esto tres grandes aspectos: conducta, conocimiento y metodología.
Respecto a la conducta, representa la función de educar. Más específicamente la de guía, orientador de la conducta, atendiendo tanto a los aspectos personales como a la consecución de autoestima, autodominio y autocontrol. Estos aspectos están ligados a la responsabilización de la persona y se entroncan con la formación cívica y social, cultivando el sentido del respeto.
En cuanto al conocimiento, para mucho ha sido y es la función más específica del maestro. Se reduce a transmitir una información que sólo será una parte, escasa, la recibida, al traducirse en información escolar, incluso en el aspecto cultural y educativo. Seleccionar dicha información, clarificarla, simplificarla (hacerla didáctica) y sistematizarla (ordenarla).
En lo metodológico y modo de hacer se tendrá en cuenta: la utilización adecuada de los recursos, la indicación de fuentes y bases de datos y el sentimiento dinámico de la actividad escolar, de carácter activo y participativo con sentido investigador y de descubrimiento.
"El profesor que sabe lo que es un ordenador y conoce cómo funciona tiene el mismo problema que el profesor que no ha tenido nunca la oportunidad de trabajar con un ordenador... ambos no lo ven como un instrumento más, como puede ser la pizarra, el radiocasette etc... no saben cómo utilizarlo en el aula, qué es lo que los niños han o pueden trabajar con el ordenador, qué programas pueden utilizar, dónde pueden conseguirlo...y entonces comienzan ..."necesitamos tiempo, que alguien nos guíe, que nos digan para que sirve...nosotros no tenemos tiempo de aprender informática."(Cabanillas, 2006)
Con estas palabras se expresa el profesorado de Infantil cuando se siente acosado por el momento sociohistórico en el que nos encontramos, la escuela trata de acercarse a las TIC, se ofrece una formación necesaria para desenvolverse en una sociedad para evitar desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías. Las TIC no son sólo una demanda social, sino un instrumento que puede y debe integrarse en la dinámica del aula como facilitador de conocimiento. Para que esto sea posible es importante un convencimiento personal de que utilizar las TIC es necesario y positivo.
“Éste será el germen para que la integración de las TIC sea real, pues de lo contrario, por más esfuerzos que las administraciones educativas y los centros realicen para que las TIC tengan un lugar en su día a día, si el encargado de llevarlo a cabo no está convencido o preparado para hacerlo, nunca se va a implementar de una forma real” (López Marco, 2007)
La evaluación del Proyecto Grimm señala que en cada nivel educativo el ordenador se integraba de diferente manera, pero en el caso de Infantil, que es el que nos interesa, el profesorado usa el ordenador en todas las áreas indistintamente y en especial en matemáticas, lenguaje y plástica, que pertenecen al área de Comunicación y Representación, esto nos puede llevar a pensar que el ordenador en Educación Infantil está llegando a ser realmente una herramienta para la expresión y comunicación de los alumnos.